Revista especializada en delincuencia

Salir del patio

In Cárceles, Reinserción on junio 25, 2012 at 8:04 pm
ESTEBAN ORDÓÑEZ/HOPPES Nº9

·El trabajo en prisión es una premisa crucial para la rehabilitación social de los presos
·Los internos solicitan un puesto en los talleres para «evitar malos pensamientos y salir el patio»

“Dices que no, hermano, una sobredosis. Por mi madre, ya me comía las papelas a bocaos”, cuenta uno sonriendo y desbrozando a patadas su cigarro contra el cemento del patio. “Anda que lo que he pasao, canelita p’a los cerdos”, responde el otro mostrando con la palma muy pegada al abdomen un fardo minúsculo, “habrá barrotes, pero tengo fiesta”. Algunos presos se refugian de conversaciones como esta en los pequeños talleres de la cárcel. “No comerse el coco” es una de las principales razones por las que los internos solicitan trabajo penitenciario.

Los reclusos desarrollan trabajos poco cualificados que se aprenden en un día

«Hacemos un traje a medida para cada ex-interno»

In Cárceles, Contextualización, Reinserción on junio 25, 2012 at 7:19 pm

Entrevista a Esther Adrover, técnica de inserción de AVBC

ESTEBAN ORDÓÑEZ/ HOPPES Nº9

AVBC nació en el año 1989 como una entidad sin ánimo de lucro y, desde entonces, lucha por integrar en la sociedad a ciertos colectivos desfavorecidos a través del trabajo. Desde hace diez años mantienen un convenio con el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE). La técnica en formación e inserción laboral de AVBC, Esther Adrover, asegura que “la atención personalizada” es la principal valía de la entidad.

Pregunta.- ¿Cómo llegan las personas ex-reclusas a la entidad?
Respuesta.- Los que llegan aquí vienen filtrados por el CIRE y son, de cierta forma, personas ocupables porque trabajamos en el mercado ordinario. El filtro está basado en que existan competencias personales, imagen personal y, sobre todo, buena predisposición.
P.- Aún así, son personas que proceden de una situación conflictiva ¿qué carencias presentan?
R.- No se puede hacer un perfil único. Tenemos desde empresarios que tuvieron algunos problemas  legales hasta jóvenes sin ninguna experiencia laboral.
P.- En este último caso, ¿la tarea es más difícil?
R.- Claro, carecen de hábitos laborales, llegan tarde a los cursillos, se ausentan… En estos cursillos, de tres a cuatro meses de duración, inculcamos todo esto, ellos se comprometen a venir y a justificar sus faltas; es como un contrato.

Un trabajo insatisfactorio

In Cárceles, Contextualización on junio 25, 2012 at 7:03 pm
ESTEBAN ORDÓÑEZ/ HOPPES Nº9

Un golpe una vez al mes hace la cosa fácil, entrar y salir; rápido y limpio. Así es la vía de vida que asumen ciertos delincuentes, una alternativa a las ocho horas y los 600 o 700 euros; un saberse hábil y ganar, sin esfuerzos, para subsistir con holgura. Rápido y limpio, pero a veces llegan los ceros o los picoletos, la condena y la cárcel con sus manos sucias sobre un futuro que se creía a salvo.
La prisión pretende ser una dura persuasora. Pese a la privación de libertad, esos pensamientos antisociales son los rivales más difíciles de los educadores sociales. A través del trabajo, la terapia y los estudios, los técnicos luchan por restaurar unos valores difuminados. Sin embargo, existe una aplicación poco concienciada de estos recursos. Además, las distintas sendas de actuación carecen de coordinación. El sociólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ramón de Alós, que ha investigado estos elementos en el sistema penitenciario catalán, echa en falta una correspondencia entre la formación del recluso y su trabajo en los talleres: “Sería importante seguir una biografía laboral de cada persona para encaminarla en función de sus expectativas y de su situación vital y penal”.