· Permanece el debate sobre si la mutilación es cuestión de identidad cultural o de Derechos Humanos
· El Derecho Penal en solitario no puede acabar con una tradición como la ablación que es crucial en la vida de algunas culturas africanas
ESTEBAN ORDÓÑEZ/ HOPPES Nº9
Detenidos los padres de una niña que sufrió la ablación. “Son unos salvajes”, musitarían muchos españoles mientras pasan la página del diario, tal vez un par de sumarios más tarde. Posiblemente sea una de las familias que antes de migrar rechazó mutilar a sus hijas. Casilda Velasco, matrona y voluntaria de Medicus Mundi Andalucía, conoce el proceso: “Las mujeres inmigrantes están aisladas socialmente e intentan reforzar su identidad cultural ante un medio hostil”. Esos padres, según la legislación española, serían condenados a una pena de prisión de seis a doce años. Sin embargo,como asegura la abogada MaríaCaterina La Barbera, “el Derecho Penal no puede reeducar si la población a la que se dirige no le encuentra sentido”.